Dos mujeres desnudas, Pablo Picasso, 1945 |
Para ellas, porque las quiero.
No hacen falta nombres.
Se reconocerán en las palabras.
Se querían
en fortaleza y distancia
de atlánticas olas,
sobre el meridiano
que separaba sus cuerpos.
Se querían
a ras de tierra,
bajo el profundo océano
y sobre el viento
que conspiró para acercarlas.
Se querían
en raíz emergente del destino
y un olvido de renuncias
fue guardando los besos
del tiempo por llegar.
Se querían
en el guiño cómplice de la voz,
atesorando futuros, júbilos,
esperas de un paralelo singular,
desnudando la vida.
Se querían,
se quieren,
y ahora caminan desnudas
cubiertas de piel y pena.
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